Es mágico. Algo tan sencillo como el agua. Sin forma, sin color, sin aroma. Y sin embargo, es pura vida. Y lo es desde que nacemos; porque somos agua. Crecemos en líquido amniótico –compuesto principalmente por agua– y nacemos con el 75% de agua en nuestro cuerpo, cantidad que disminuye al 60% en la edad adulta. Impresionante, ¿verdad? Un gesto tan básico como beber un vaso de agua recarga nuestro sistema y ayuda a que todos nuestros órganos funcionen correctamente. Nos hidrata, regula nuestra temperatura, ayuda a transportar nutrientes y elimina toxinas. Y en verano, se hace más evidente su necesidad. El calor y las altas temperaturas hacen que perdamos en torno a tres litros de agua al día. Y esa pérdida debemos reponerla ingiriendo más agua. Si bien no hay nada más refrescante que un vaso de agua, existe una gran variedad de productos frescos y de temporada que son prácticamente agua y nos ayudan a mantenernos hidratados y bien alimentados. Frutas como sandías y melones, o verduras como los pepinos y los tomates, que encontrarás en nuestras tiendas en su mejor momento y siempre a buenos precios, nos hidratan y nos proporcionan vitaminas y minerales vitales para enfrentar el calor. Además, una gran variedad de estos alimentos crecen en tu entorno más cercano o cuentan con sellos de calidad como EROSKI Natur o GGN, que garantizan que las frutas y verduras han sido cultivadas bajo prácticas responsables, que optimizan el uso del agua en el riego y minimizan el impacto ambiental con técnicas agrícolas sostenibles. Consumir productos con estos sellos es garantizar el futuro agrícola y una disponibilidad constante de los alimentos. Somos agua y nuestro planeta azul también lo es. Y si queremos seguir siéndolo, tenemos que cuidar nuestros océanos y sus especies salvaguardando la calidad del agua y realizando una pesca responsable que regule las capturas y proteja los hábitats marinos, como garantiza el sello MSC o EROSKI Natur. Pescados como el Bonito del Norte, que arranca su temporada de captura, tienen este aval.