E l arroz es humilde y sofisticado a la vez. Puede ser la estrella que realza una paella tradicional o el acompañante en un bol contemporáneo coronado con verduras frescas, carne en lonchas finas o un huevo de codorniz que se funde al contacto con el calor. Cada variedad tiene su carácter: suelto, cremoso, aromático o pegajoso; cada grano abre un abanico de posibilidades, del plato más clásico a la tendencia foodie más actual. Pero, más allá de su sabor, el arroz nutre y conecta: aporta energía, fibra, vitaminas y minerales como el magnesio, y nos une a culturas, generaciones y momentos del día. Es un alimento que sabe a tradición y a innovación, que nos recuerda que, en la cocina y en la vida, los placeres más grandes, a menudo, vienen de lo más sencillo.